Domingo 24 de marzo 2024
11: 00 a.m. Hoy mi esposa, mis dos hijas y yo asistimos a la iglesia, como todos los domingos. Hubiéramos preferido visitar la hacienda del expresidente Francisco I. Madero en San Pedro de las Colonias. Y hablarle a mi amigo el historiador: Francisco Barboza Muñiz para que nos narrará el origen de la vida del apóstol de la democracia. Sin embargo, decidimos guardar este día, domingo de ramos, que se conmemora la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén como rey, en semana santa.
11:59 a.m. Con fe, mi esposa, mis hijas y yo llegamos a la iglesia —Gosén, casa de todos—. Cientos de personas se congregan en el oriente de la ciudad, a un lado del colegio Jerusalén. Hombres y mujeres. Jóvenes, niños y ancianos entraron a la nueva iglesia de más de una hectárea de construcción; nos recibió una mujer de cabello corto muy apasionada y nos obsequió un ramo, bueno, dos ramos. Estábamos dispuestos a unirnos a la celebración del domingo de ramos, con aproximadamente 600 personas congregadas.
12:00 p.m. Los jóvenes del grupo de música introducen un conteo regresivo para iniciar la alabanza. El grupo toca al compás de tres voces: dos voces femeninas y un joven con voz muy grave. El coro está integrado por seis jóvenes entre 18 y 25 años. Ahí, sin dejar de mover las manos y las piernas aparece el baterista al ritmo de una alabanza que todos cantan a gritos: "Hosanna en las Alturas”; los músicos y niños encabezan las primeras filas, que se mueven al ritmo de la música y los ramos.
12:30 p.m. Los líderes de la iglesia son los primeros en motivar a la congregación. Gritan, lloran, oran; otros se desahogan a gritos de júbilo. Algunos, cómo nosotros, y personas de más de 40 años, nos movemos al ritmo de la música, nos balanceamos al movimiento de los brazos de la gente, intentamos leer las letras de las alabanzas de la pantalla que tenemos frente a nosotros. Mis hijas se conmueven al compás de la música. La iglesia se convierte en un espacio de catarsis, emociones, desahogo, lloros, súplica, y algunos hasta son movidos a pasar a otra dimensión al momento de caerse. Al fondo se escucha el murmullo de los cantos en un ambiente de palabras y abrazos espirituales. Aunque yo escribo desde mi celular estas líneas. De manera espontánea, cientos de personas ejercen funciones de expresarse de una manera angelical; a lo largo de los minutos la piel se eriza y, sin querer, los párpados superiores se invaden de lágrimas. De modo que esto es involuntario o sobrenatural. Pero ahí seguimos de pie. Las palabras de las alabanzas son frases contundentes y determinantes que actúan como espada de dos filos que penetra en la mente y en las emociones.
Si le adoras, él (Jesús) se manifestará.
Si le buscas, él (Jesús) se manifestará.
Si te postras, él (Jesús) se manifestará...
1:00 p.m De repente, aparece el pastor Ángel Gutiérrez. Joven de 26 años de edad aproximadamente. De una altura de 1.80. entusiasta, y con una visión de iglesia reconciliadora, de compartir la salvación y la sanidad a los fríos de corazón. Nos ofrece un mensaje espiritual, basado en la biblia sobre el domingo de ramos; Hosanna en las alturas. Lee desde la pantalla.Zacarías 9:
Alégrate, oh pueblo de Sión. Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén, mira a tu rey que viene a ti.
1:20 p.m. Su mensaje que convence a más de un incrédulo, y a la mayoría de feligreses se centra: que cada creyente sea un apéndice al servicio del salvador y sanador. Que ni la incredulidad de corazón, ni la duda, ni ninguna otra cosa nos podrá separar del amor y el triunfo de Jesús como rey. — Alégrate y gózate del triunfo en la cruz de Cristo, nos motiva a reconocerlo como rey y señor de nuestras vidas —, además, el pastor nos recuerda el antídoto para los duros de corazón o incrédulos de espíritu:
El gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo del caído seca los huesos.
Proverbios 17:22.
1:28 p.m. El pastor, quien siempre habla apasionado de Jesús, dice y define con voz fuerte el concepto de la palabra: Hosanna. Esta palabra es la derivación de dos significados de origen griego. La primera definición es “Salve”. Puede ser empleada como expresión de exclamación o admiración o como petición de piedad. Al declarar esta palabra es evocar a Jesús como nuestra salvación. Hasta el grado de una dependencia de él; nuestro salvador. — ¿Alguien puede decir Hosanna, el que salva y sana? — exclama el predicador. El segundo significado. También de origen griego, es el que sana. Hosanna, el que salva y el que sana. Por lo tanto, estas palabras representan la expresión de que el pueblo de Jerusalén recibió a Jesús de Nazaret como rey y salvador. Estas palabras de dos significados que expresan la naturaleza de Dios, motivan al pastor para gritar, proclamar la palabra Hosanna. Y afirma así, la frase del día. Mientras las alabanzas provocan sonrisas, alegría, júbilo y regocijo, el pastor se concentra en ministrarnos desde la oración y la palabra de que Jesús es el único que nos salva y nos sana.
14.00 p.m. El clímax espiritual está entre los que lloran, oran, suplican y declaran a Jesús como el único Salvador. En ese momento me doy cuenta de que la presencia de Dios está en este lugar. Después del desahogo, la angustia, el miedo a la incertidumbre, viene una oleada de paz y alegría. Entonces, en ese momento reflexionó sobre: ¿Qué nos enseña el uso de la frase: Hosanna en las Alturas, él que salva y él que sana, en nuestra vida cotidiana?
14:20 Mi esposa, mis hijas y yo, seguimos con el corazón sensible.
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