Churros eclipsados



Churros eclipsados
08 abril 2024

Después de una tarde nublada y con aire, mi familia y yo, esperamos emocionados el fenómeno del eclipse solar en la plaza mayor de la ciudad de Torreón.
Hoy es lunes. 8 de abril del 2024. Veo el reloj y observo que son 5 minutos para las 12 PM. Y aún seguimos en búsqueda de estacionamiento. La Av. Juárez y calles paralelas a la plaza mayor se congestionan de autos, bicicletas, vendedores ambulantes, niños, niñas, ancianos, familias enteras, corren y caminan. Atravieso, con mi familia, las calles entre el tumulto de la gente, que se concentra en diferentes puntos de la ciudad, por mencionar algunos puntos publicado por la prensa: el bosque Venustiano Carranza, el Cristo de la Noas, el planetario, y los más intelectuales o pseudo artista con pose de "hipster" se dirigen al museo Arocena. Finalmente, llegamos a las 12:10 a la plaza mayor. La gente se congrega alrededor y centro de la plaza. Decenas y cientos de personas. No pierdo de vista a la gente que no deja de emocionarse ante este fenómeno natural. Un día histórico. La mayoría contempla el cielo y ríe. Este es un acto nacional. La ciudad se paraliza y todo queda registrado, primero en nuestros móviles personales y en los medios de comunicación: reporteros, especialistas de la Nasa, turistas, todos ellos son viralizados en las redes sociales. Los que están a mi lado, tienen finta de gringos, porque se comunican en inglés. Ellos nunca bajan la mirada. Parecen astrónomos; sin embargo, todos presumen sus lentes especiales, otros están en búsqueda de las gafas, y algunos inventan sus propios artefactos polarizados y los más audaces, nos ofrecen observar el eclipse sobre un cristal improvisado de casco de soldador.

La policía está en todas partes, la plaza mayor está por reventar, la multitud crece en segundos, parece un concierto de gente de propaganda política. Los niños corren y gritan. Las familias, la mayoría burócratas, les proporcionan el día para echarse la vaca, la causa: el eclipse. - Dicen - que a las 12:40 se oscurecerá. Pero, el tiempo de espera sé prolonga. Otros observan en sus binoculares la órbita de la luna. Sé rumora que, si no usas tus lentes de protección para ver el eclipse, la luz del punto de fusión entre la luna y el sol podría quemarte la retina, o provocar ceguera parcial. Sin embargo, todos estamos felices, con lentes o sin lentes, presentes o ausente, ante este fenómeno único, algunos por primera vez, yo por segunda vez; desde 1991 el sol y la luna nos regaló otro gran momento que duró más de 10 minutos. Me encontraba en la casa de mis abuelos en la ciudad de Oaxaca. Recuerdo que a las 12 del mediodía los gallos cantaron para despertarnos y mis primos y yo jugábamos emocionados a despertarnos al medio día, fue un día maravilloso que duró unos segundos.

Finalmente, el eclipse solar nubló la plaza y la ciudad: con la acumulación de voces de júbilo, gritos, llantos, risas, aplausos, brincos, alegrías, orgasmos, carcajadas, y murmullos. Todos al mismo tiempo miramos el cielo y disfrutamos el día y la noche. La bandera en el asta, símbolo de recuerdo nacional, las pantallas gigantes que cada segundo nos registra, nos filma, la publicación en Facebook o instagram, nos registran a perpetuidad. Sin miedo a la luz solar y al extraño, seguimos eufóricos y felices. Estas podrían ser las predicciones del futuro del fin del mundo: “Las estrellas del cielo y sus constelaciones no mostrarán su luz. El sol naciente se oscurecerá y la luna no dará su luz” . Todo mundo, por lo menos en Torreón presenciamos este eclipse solar en vivo y a todo color, proyecciones de banda de nebulosidad alrededor de 200 metros de ancho por todo el territorio nos invade. Hay gente alegre, sin prejuicios, que disfruta este orgasmo cósmico.

Mientras que nosotros presenciamos el apagón; señoras, jóvenes y adolescentes esperan largas filas para la limpia del curandero. A la fila se suman más, sobre todo personas de la tercera edad. Oigo a la Chepina de aproximadamente 60 años que, cuenta eufórica a sus amigas, - el eclipse representa el gran momento de poder energético que produce una alineación espiritual entre el sol y la luna- de esta misma manera, ellas piensan en la alineación del sol, la luna. Y ansiosas, y nerviosas, esperan el turno para que el curandero las limpie de pie a cabeza. Mientras, las jovencitas de aproximadamente 20 y 19 años se entusiasman, ante la alineación del eclipse, por medio de las hierbas que bañan todo el cuerpo, de las manos del curandero. Nosotros seguimos en el éxtasis cósmico del eclipse que fue de aproximadamente 12 minutos. A lo lejos se escuchan los vendedores ambulantes – churros eclipsados, hielos de eclipse – crece el ruido y la cacofonía de la multitud; mientras tanto, mis hijas y yo, seguimos disfrutando del paisaje de la plaza, la ciudad y el eclipse.

 

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